Hoy los hombres tienden a cohesionarse masivamente para adecuarse a la creciente y absoluta funcionalidad que el sistema requiere hora a hora.Pero entre la vida de las grandes ciudades, que lo sobrepasan como un tornado a las arenas de un desierto, y la costumbre de mirar televisión, donde uno acepta que pase lo que pase, y no se cree responsable, la libertad está en peligro. Tan grave como lo que dijo Jünger: “Si los lobos contagian la masa, un mal día el rebaño se convierte en horda”.
Si cambia la mentalidad del hombre, el peligro que vivimos es paradójicamente una esperanza. Podremos recuperar esta casa que nos fue míticamente entregada. la historia siempre es novedosa.
Por eso a pesar de las desilusiones y frustraciones acumuladas, no hay motivo para descreer el valor de las gestas cotidianas. Aunque simple y modestas, son las que están generando una nueva narración de la historia, abriendo así un nuevo curso al torrente de la vida.